El característico relieve de México, con grandes cadenas montañosas muy cerca de la costa y grandes cuencas endorreicas (que en México se llaman bolsones), hace que los ríos mexicanos sean, en general, cortos. Su caudal varía enormemente entre un norte que tiende al desierto, donde los cauces son esporádicos, y el sur tropical con abundantes lluvias y caudales importantes. Este panorama describe muy bien, sobre todo, los ríos de la vertiente del Pacífico, y sin embargo alguno de los ríos más largos de México vierten en este océano.
En México se pueden diferenciar tres grandes vertientes la del Pacífico, la del Golfo y la del Caribe, pero existen también una «vertiente interior» que desembocan en los bolsones del Altiplano. Las cuencas más húmedas son la del Usumacinta-Grijalva, la del Papaloapan, la de Coatzacoalcos, y la llamada Costa de Chiapas. Las más secas son las de El Vizcaíno, Magdalena y Laguna Salada, en la península de Baja California; y la de Sonora.